dimarts, 29 d’octubre del 2013

Sobre jirafas y perezosos (o por qué un 7 en el cuello)

Cuando pensamos a una jirafa, la primera cosa que nos viene a la cabeza es su largo cuello. Con una longitud de hasta dos metros, es el mamífero terrestre viviente con el cuello más largo. A primera vista parece que su cuello no tiene nada que  ver con el nuestro. Sin embargo, tenemos el mismo número de vértebras cervicales: siete.  Curioso, no?


 Aún más curioso es que prácticamente todos los mamíferos tienen el mismo número de  vértebras cervicales.  Siete vértebras cervicales tiene un gato, siete tenemos nosotros y siete tiene el cuello de una jirafa.

 Hay muy pocas excepciones: el  perezoso de dos dedos y el manatí  tienen 6  y el perezoso  tridáctilo  tiene 9-10, (y no, los números no siguen la serie de Fibonacci - véase  la entrada “Sobre conejos y la col romanesco”). Es curioso que mamíferos con formas tan distintas tengan el mismo número de vértebras cervicales.  Esto sugiere que la naturaleza a menudo innova modificando lo que ya existe y no tanto creando algo nuevo. Así, para ‘generar’ un  cuello largo, parece más fácil hacer vértebras más largas que crear nuevas.  ¿Una versión evolutiva del concepto del químico A. Lavoisier  “nada se crea, todo se trasforma”? No exactamente.



De hecho en los reptiles, en las aves  y en los anfibios, el número de vértebras cervicales varía de una especie a la otra.  Por ejemplo, un cisne tiene el doble de vértebras que un pinzón. Entonces ¿por qué en los mamíferos no?  La hipótesis  más aceptada tiene que ver con los genes implicados en el desarrollo y  con la velocidad del metabolismo celular. En mamíferos, existe una alta probabilidad de desarrollar un tipo particular de cáncer neurológico en la fase de desarrollo embrionario  en individuos con un número de vértebras cervicales  diferente a siete.


Por tanto,  el número de vértebras cervicales se mantienes constante por ‘barrido natural’ de los que experimentan ese tipo de cáncer.  El por qué perezosos y manatíes no desarrollan este cáncer, tal vez se debe a su lento metabolismo. No obstante, esta hipótesis está lejos de satisfacer todas  las incógnitas. Al fin y al cabo, se trata de otro misterio aún por resolver.

1 comentaris:

  1. Interesante. Las cervicales son las últimas evolutivamente en aparecer (los peces no tienen y los anfibios sólo tienen una). Si te fijas en el sistema nervioso autónomo (simpático + parasimpático) los nervios salen del tallo cerebral, de las torácicas, lumbares y sacra. El sistema nervioso autónomo se "salta" por así decirlo las cervicales

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